Tributos

Lee el último capítulo publicado :)

Epílogo: La impulsora de un nuevo juego

Quisiera pedir perdón por no publicar, pero lo cierto es que lo hice adrede ya que los martes estoy bastante ocupada con clases mañana y tar...

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Capítulo 22: Despedidas y Verdades

¡¡HOLA!! Sé que es muy pronto para actualizar, pero tenía tanta prisa por presentaros el secreto de Sean y Giannira que no podía esperar xD. Aquí vereis el broche de oro del plan de Sean, su historia con Giannira, la despedida de William y Cynthia y cosas que os darán que pensar. La cosa es más complicada de lo que parece. En cuanto acabe me pongo con los premios y luego los publicare, quizás junto con la ficha de Sean. Hablando de eso, ¿queréis ver los 66º juegos por nuestros tributos del distrito cuatro? Solo son 12 capítulos transcendentales de cada uno que comienzan el día de la cosecha y terminan con el día de las puntuaciones. Me he divertido mucho escribiéndolos, aunque hace que la historia sea doblemente dolorosa. Espero que os guste el capítulo y ya me contareis. :)

Capítulo 22: Despedidas y Verdades



Las entrevistas que quedaban pasaban sin pena ni gloria, a Cynthia le seguían dando pena algunos tributos pero Giannira tenía razón, si no quería morir los mataría de todos modos. En cuanto a William, veía fácilmente lo que le había increpado Robin, las entrevistas no solo eran divertimiento para el Capitolio, también eran una fuente de información muy valiosa. Todos los tributos tenían su enfoque y en base a ello sus técnicas para ganar, ahora comprendía porque Evans les había dicho de atender a ellas, a veces él mínimo detalle servía para saber de que iba todo. Jack, por ejemplo, era un tributo muy inteligente que podría fácilmente derrotar-les a todos por separado porque lo sabía todo sobre ellos, de ahí que debiese morir. Aparte, él, Nolan, y el chico del doce formaban una alianza poderosa, los había visto juntarse durante las entrevistas y nunca discutir. Era obvio que estaban más unidos que otros tributos y podrían resultar un gran reto si salían de la Cornucopia. Había que matar-les a los tres. Los chicos del distrito nueve también parecían fuertes y habían sacado un ocho en las pruebas, los dos; y así con más y más tributos de los que no te podías fiar.

—William.—Cynthia se animó a llamarle la atención, en voz baja, mientras escuchaban las últimas entrevistas, había algo que quería contarle. —Hay algo que quiero que sepas. Sé que este no es el momento más apropiado pero mejor aquí que en la arena donde todos podrán escucharnos. —Él la observó intrigado, su chica parecía dubitativa y temerosa, al igual que el día en que le confesó que odiaba los juegos del hambre. —Yo ya intuía que iba a salir en la cosecha este año.—William no pudo más que observarla atónito mientras el beso del día de la cosecha volvía a su memoria, ¿era acaso una despedida? ¿Cynthia sabía desde el inicio que no estaba aquí por casualidad?

—¿Qué? ¿Como?, ¿por qué?—Inquirió él incrédulo, ¿como podía saber la verdad ella desde el principio? A él había tenido que contársela Evans. Cynthia suspiró

—Porque solo hay tres tipos de personas que siempre salen en la cosecha, Will.—Explicó intentando mantenerse tranquila. —La primera, los más fuertes, Robin. —Señaló al chico del distrito dos que, para su sorpresa, se hallaba comentando las entrevistas con Giannira, mientras que su compañera de distrito se hallaba hablando con algunas personas del Capitolio. Patrocinadores, seguro, ella vio que la miraba y, simplemente, le sonrió ampliamente. William rápidamente apartó la mirada nervioso mientras Cynthia seguía hablando. —La segunda, familiares o amigos de vencedores, Sean. —El chico del distrito cuatro les sonrió apaciblemente y siguió observando las entrevistas con gesto aburrido, mientras desviaba la mirada una y otra vez a un reloj de pulsera con diseño de escamas, que había traído de su distrito. Su traje aun relucía de un modo simple y llanamente hipnotizante, desde el momento en que él y Finnick se habían abrazado ante las cámara. Y él...Parecía tan seguro ahí, ¿por qué él no podía estarlo? ¿Tan complicado era lo suyo? —Y la tercera y la peor, rebeldes, Nolan —Señaló al chico del distrito ocho que cuchicheaba con su compañera, tranquilo, señalando al tributo del distrito doce unas cuantas veces. —Y yo misma. No deberías de intentar salvarme William, no puedes.

—Dos cosas Cynthia, la primera, sí que puedo. Tal vez los vigilantes no quieran sacarte por lo que eres. Pero después de lo que dije en la entrevista él público sí, lucharán por sacarte, al igual que lucharon por sacar a Finnick Odair el año pasado. —Ella simplemente asintió decidida a seguir dando confianza a su chico, si él seguía creyendo que podía hacerla ganar no iba quitarle la ilusión. —Y la segunda, ¿por qué no me lo dijiste antes? —Cynthia se encogió de hombros como si nada.

—¿Cambiaría las cosas? —Preguntó simplemente, él negó con la cabeza.

—No, me habría presentado voluntario de todos modos, pero me hubiera gustado saber la verdad por ti y no por mi mentor—Ella asintió, Evans ya le había comentado el asunto después de su preparación. Todo estaba manejado. Seguidamente los chicos se quedaron callados mientras en el escenario Cris hacía su entrevista. El chico no se mostraba especialmente encantador y era obvio que no apreciaba estar aquí, pero intentaba no darle a entender al público su desprecio y se mostraba fuerte y decidido. No decía nada de si pensaba ganar o no, pero dejaba claro que no se rendiría sin luchar y haría lo que sea por volver con su familia. El Capitolio se mostraba comprensivo con él, les encantaba su actitud de padre responsable y protector y confiaban en que iba a llegar muy lejos en estos juegos. Era obvio que iba a tener patrocinadores, él también, no muchos, pero si los suficientes para sobrevivir si salía de la Cornucopia.

—Haymitch debe estar especialmente orgulloso de él— comentó Cynthia sobre el chico. —Creo que es el primer tributo que tiene dispuesto a luchar a pesar de tener todas las oportunidades en contra. —Él asintió mientras observaban como el tributo se despedía educadamente de Caesar y bajaba del estado tranquilo. Era obvio que estos juegos no iban a ser nada fáciles. El himno del Capitolio sonó y los tributos se levantaron respetuosos antes de encaminarse a sus diversos pisos para la despedida con sus mentores.


—¡Oh! Aquí estáis, ¡habéis estado increíbles!—Mystie dejó su cena y se dirigió a abrazar alternativamente a William y Cynthia toda emocionada. En el televisor se retransmitía la repetición de las entrevistas junto con algunos comentarios del público sobre los tributos, que Cashmere y Evans escuchaban con atención. Estaba claro que Cynthia y William habían arrasado, pero no solo ellos, Sean, su entrevista y el momento en que Finnick y él se abrazaban estaban entre los favoritos. También la resolución y la seguridad de Jack, el enfrentamiento entre William y Nolan, la firmeza de Cris...Pero en general el puesto destacante era para los tres profesionales y el chico del ocho, los demás habían quedado literalmente eclipsados.

—¡Os voy a echar mucho de menos!—Terció la acompañante mientras le daba un beso a la mejilla a cada uno y partió de la sala feliz pero antes de salir por la puerta se giró y les dijo. —¡Espero que uno de los dos vuelva!—Evans y Cashmere suspiraron aliviados y seguidamente se levantaron también.

Cynthia suspiró y dejó de fingir estar bien lanzándose a los brazos de Cashmere angustiada.—Lo siento, debí seguir los planes y mostrarme como decías. Pero no quería...—La mentora se rió dulcemente y dijo interrumpiéndola con orgullo.

—Mostrarte débil, lo sé. —Cashmere volvió a reírse aun estrechándola entre sus brazos como una madre. —Estás haciendo las cosas bien. Ahora solo tienes que luchar por ti. —Le susurró confiada y ella asintió, seguía sin confiar en ganar pero por intentarlo no perdía nada, solo tenía que buscar el modo de no llegar al final con William. Seguidamente Evans se acercó a William dubitativo.

—William lo que dijiste sobre el escenario...—Comenzó pero el chico lo interrumpió tajante.

—Lo sé, no es correcto. Pero era la única manera de que el público apostase por Cynthia. Ahora solo tiene que mostrarse capaz de ganar y yo la haré capaz. —Ella no pudo más que observarle tremendamente alterada y de una sacudida se soltó de Cashmere y abandonó el salón dirigiéndose al tejado casi llorando. William la observó confuso y los mentores suspiraron observándose furtivamente.

—¿Que le pasa?—inquirió, Evans tomó la palabra.

—Pasa que se siente culpable William, lleva haciéndolo desde que te has presentado voluntario por ella y tu actitud no ha hecho más que empeorar las cosas. Temo que haga una locura en la arena como empieces a matar a todos por ella. Vigila-la bien, ¿quieres?—El tributo pestañeó observándole asustado, ¿acaso insinuaba que Cynthia podría...? No era capaz ni siquiera de pensarlo. Aun así asintió mientras el mentor le daba un abrazo y le susurraba, de forma inaudible, salvo para él, unos últimos consejos.

—Tres cosas en la arena, primero, independientemente de lo que hagas vas a tener su ayuda. Ellos suelen hacer sus planes según la actitud y la condición de los tributos desde el inicio de los juegos, además de su resultado en las pruebas, y siempre se las arreglan para que estos se cumplan. Casos como Haymitch o Chaff, entre otros, son grandes excepciones y ya ves como están. No se ahogan en bebida por nada. No intentes llegar al final con Cynthia, no lo vas a conseguir, y de hacerlo es muy probable que te saquen a ti, antes que a ella. Al fin y al cabo el público os aprecia a los dos y facílmente apoyarán cualquiera de las dos elecciones.—William no pudo más que estremecerse mirándolo, ¿acaso serían capaces de matarla solo para sacar-lo? —Arreglátelas para que ella lo haga de forma independiente, aunque eso signifique tu muerte antes de tiempo, créeme es lo mejor. El Capitolio es especialmente cruel, los otros tributos no tanto y siempre se pueden engañar para sobrevivir. —El chico asintió intentando mantenerse firme pero se estaba asustando por momentos, veía que se había metido en un gran problema al querer utilizar a los vigilantes a su favor y ahora sí que no estaba seguro de nada. —La segunda, una vez en la Cornucopia mata a todos los tributos que puedas, cuantos menos rivales tengáis en los juegos más fácil os será sobrevivir a ellos. Y la tercera, vigila a tus aliados. Los profesionales no son idiotas y siempre tienen mil trucos para vencer. No te fíes de ninguno de ellos, yo lo hice y perdí a mi compañera de distrito y amiga por ello. No cometas el mismo error. —El chico asintió rápidamente compenetrado y después de despedirse de sus mentores se encaminó a su habitación a intentar dormir. Mañana ya no estaría en el Capitolio sino en la arena y realmente necesitaría fuerzas para afrontarla y vencer...


—¿Comprendes ahora Giannira?—Giannira y Sean se hallaban en la habitación de este apoyados sobre la ventana mientras él le explicaba todo, al fin. Se habían despedido de sus mentores hace unos minutos y él la había atraído hacia allí para discutir su estrategia.— Todo esto hace parte de mi técnica para ganar estos juegos. Me he pasado todos los juegos jugando al profesional débil y despreocupado por su destino para que me dejen hacer lo que quiera y así encantarles. No tendría sentido que después de todo eso sacase una nota alta, les haría desconfiar. Evidentemente todo esto caerá en cuanto lleguemos a la arena, pero entonces será demasiado tarde, ya me querrán, ¿comprendes? —Sean sonrió maliciosamente mientras acariciaba tiernamente el cuello de la chica, haciéndola suspirar enternecida y complacida a la vez. Disfrutando de estos pequeños momentos de complicidad que tenía a solas con su compañero de distrito, cuando parecían más amigos que enemigos como siempre lo habían sido en su distrito. Amigos asociados por ganar. Se habían pasado los juegos nivelándose y compitiendo entre ellos para deleite del Capitolio y los tributos a los que encantaban cada uno a su manera. Pero en realidad no se llevaban tan mal. Todo era un juego creado por el chico que se hallaba a su lado, un auténtico genio que podía hacerla ganar y sin necesidad de que lo sedujera. Solo tenía que dejarse llevar por él. Por él y sus planes.

—Comprendo. —Dijo simplemente. —Y, ¿hasta cuando vamos a tener que...ya sabes, mantener las distancias?, me estoy hartando un poco. ——Le dijo en tono de reproche, él suspiró apartándose de ella unos instantes, fuerte. Intentaba no pensar en que Finnick no había podido evitar sollozar entre sus brazos suplicándole que hiciese todo lo que pudiese por volver, y en la promesa que le había instado a cumplir al vencedor si no lo hacía. No le gustaba ver llorar al joven vencedor pero nada era seguro en la arena, no sabía si realmente iba a sobrevivir. Ningún tributo lo sabía a ciencia cierta.

—Hasta que sea necesario Gianni. —Dijo enfrentándola con el tono más sereno que pudo encontrar. —Esto me gusta tan poco como a ti pero ya te lo dije el primer día de entrenamiento, la única forma de sobrevivir en los juegos es crear un juego y llevarlo hasta al final, sientas lo que sientas, sé que es duro pero es lo que hay. —Y bajó el rostro avergonzado por su falta de seguridad. Giannira le observó dubitativa, viendo que Sean, a pesar de su máscara de serenidad, parecía taciturno. No podía evitar recordar los bajos sollozos que se le habían escapado a Finnick, mientras le abrazaba, e imaginaba que él tampoco. Era evidente que este tenía más presión que ella y no merecía que le reprochase nada. Suspiró, se acabó el fingir que todo iba bien, iba a ser sincera por una vez, se lo debía.

—Sean...—El tributo levantó el rostro hacia ella, intrigado, encontrándose conque esta había acortado las distancias entre ellos y lo obligaba a levantar la cabeza para encontrarse con un rostro tan dubitativo como el suyo. Siempre se le había dado bien distinguir las emociones, por eso no había tenido problemas en simpatizar con los tributos en los juegos, algo que se le había prohibido completamente hacer en su distrito, donde todos lo envidiaban. Todos salvo Finnick y ella. —Sé-me sincero, ¿crees que podemos ganar?—Él se encogió de hombros y rápidamente la cautela brilló en sus ojos haciendo que la empujase contra la pared y convirtiese su voz en un susurro casi inaudible, era mejor que solo ella oyese esas cosas, podrían traerle problemas en la arena.

—No lo sé. —Dijo entonces. —Todo dependerá de nuestro juego y del de los demás. No se puede predecir nada en la arena, todo está coordinado, todo está manejado y la única forma de triunfar es descubrir el fin y subyugarlo a nuestros deseos. ¿Comprendes?—Ella asintió feliz mientras su compañero de distrito le delineaba los labios con un dedo mostrando en su rostro una cara de niño inocente que ella conocía muy bien. Había hecho bien en confiar en Sean desde el inicio, el chico era un auténtico genio, podía hacerla ganar, lo sabía, siempre lo había hecho en su distrito, no tenía porque no hacerlo aquí. Asociarse con él era la mejor manera de triunfar.

—Comprendo. —Dijo simplemente con una sonrisa y le dio un pico rápidamente. —Seguiré tus reglas ahí arriba, no te preocupes. —Sean sonrió observándola satisfecho y la abrazó antes de dejarla dirigirse a su habitación dispuesta a todo por triunfar en los juegos al igual que él.

4 comentarios:

  1. Dentro de poco empiezan los Juegos, y la verdad es que tengo muchas ganas de saber lo que pasa, sobre todo la rivalidad con Nolan jajaja. Sigue así ;).

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    1. Parece que la paciencia brilla por su ausencia, jajaha, intentaré actualizar en unos días y ya verás que pasa con Nolan más adelante, es un asunto muy entretenido y emocionante a la vez :)

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  2. Oopino lo mismo que dreew! Tengo muchísimas ganas de sabeeer que pasará:D Actuualiza proonto, muchoos besos
    Nacho

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    1. Te digo lo mismo que a él, actualizaré en unos días, hasta pronto :)

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Queridos tributos, aunque me encanta que esteis aquí y me leáis, me gustaría aún más que me dejarais vuestra opinión. Es lo que me anima a seguir la historia más que nunca.^_^